viernes, 28 de junio de 2013

Cine e internet en España: el tamaño de la pantalla importa


Siguiendo con los resultados parciales de la encuesta sobre las variaciones que las nuevas tecnologías han impuesto en la “dieta” del consumo de medios en España –realizado por un grupo de profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra– ofrecemos en esta ocasión algunos datos particulares sobre los hábitos de consumo de cine a través de la red en nuestro país. En concreto, en qué pantallas preferimos ver las películas, cómo accedemos a ellas, cuál es el modo habitual de visionado, si nos ha costado o no dinero y si estaríamos dispuestos a pagar por ello. Estos resultados se basan en una encuesta original encargada al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en junio de 2012, sobre una muestra representativa de internautas.

Internautas en España: cuánto y cómo accedemos a la Red

Antes de entrar en los detalles de esta encuesta, conviene ofrecer unas cifras preliminares que sirvan de contexto sobre la utilización de internet en España. Según el último informe Navegantes en la Red (marzo 2013), elaborado por de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), un 61,4% de la población española es internauta (es decir, se ha conectado a la red en el último mes). Este porcentaje varía de mayor a menor según se avanza en la pirámide de edad. Más de la mitad se conecta más de dos horas, una quinta parte de ellos (20,8%) utiliza la red entre 4 y 8 horas diarias, y un 8,1% supera incluso esa cantidad (ver figura 1). Por otro lado, los ordenadores y los smart phones son los dispositivos más utilizados para ello, como se aprecia en la figura 2.

Fuente: AIMC (2013) 
Fuente: AIMC (2013)

       Como veremos a continuación, existe una discriminación (o selección) de pantallas según los usos (para qué utilizamos internet) y los contenidos (qué vemos en internet).

¿En qué dispositivos vemos las películas?

Un primer resultado de nuestra encuesta tiene que ver con la relación entre cine y pantallas en internet. Como recoge la figura 3, los ordenadores (tanto de sobremesa como portátiles) son la pantalla favorita a la hora de ver películas (el 56,3% de los internautas afirman utilizarlo con este fin “bastante” o “mucho”), seguida muy de cerca por el televisor (55,8%) –aunque en la encuesta no se concretaba este punto, entendemos que se trata de una smart TV o de una TV a la que se puede conectar un ordenador o disco duro-reproductor–. En cambio, las tabletas y los móviles poseen porcentajes menores (9,6% y 1,7%). Es cierto que esto último puede explicarse por el menor índice de penetración de ambos dispositivos, pero a nuestro juicio se trata más bien de  la constatación de un principio: en el consumo online, cuando se trata de películas, el tamaño de la pantalla importa.

Fuente: Elaboración propia
De hecho, en otra encuesta realizada a internautas para este mismo estudio, se demuestra cómo las pantallas o dispositivos guardan una relación con el tipo de contenido audiovisual. Así, como se muestra en la figura 4, las películas se visionan preferentemente a través del televisor (o de la videoconsola conectada al televisor) y del ordenador, mientras que el móvil o la tableta apenas se usan para este fin. Algo similar ocurre en el caso de las series de televisión, aunque al tratarse de contenidos de menor duración y creados directamente para la pequeña pantalla, el ordenador y las tabletas también tienen una presencia significativa. En cambio, en el caso de los contenidos informativos y deportivos prevalecen las pantallas de menor dimensión. En suma, la calidad y el tamaño de la pantalla son factores importantes cuando se habla de películas (o de contenidos de larga duración), porque el espectador medio busca experimentar la “magia del cine” en las mejores condiciones posibles.

Fuente: Elaboración propia 
¿Cómo vemos las películas por internet?

            Una última serie de respuestas ilustran algunos de los hábitos más consolidados acerca del modo en que consumimos películas por internet. Hemos de adelantar que varias de las respuestas obtenidas no son conclusivas y, en algunos casos, más bien resultan contradictorias.

            Así, al preguntar sobre el modo en que se visionan las películas en internet, la mayoría de los internautas encuestados eligen la descarga (52,6%) como la opción más frecuente, frente al streaming (ver figura 5). De igual modo, más de un 55% de los internautas encuestados afirman obtener las películas de webs oficiales de distribuidores o cadenas de televisión, mientras que sólo un 22,7% lo hace a través de redes P2P. A esto se añade un alto porcentaje (21,9%) que “no sabe / no contesta” (ver figura 6). Estos porcentajes no concuerdan con el elevado índice de piratería que existe en nuestro país. De ahí que sea muy probable que una parte significativa de los que no han querido contestar obtengan también las películas a través de webs no legales.

Fuente: Elaboración propia
Fuente: Elaboración propia

           Finalmente, en lo relativo a las condiciones económicas (pago vs. gratuito), el 86,2% de los internautas ven películas sin pagar (lo cual también subraya la matización anterior) y sólo un 13,8% está suscrito a alguna de las opciones de pago (figura 7). Cuando preguntamos acerca de la disposición para pagar, un 19,6% arroja una respuesta positiva. En otras palabras, apenas un 5,8% de los que ven películas de modo gratuito estaría dispuesto a pagar por verlas (figura 8).

Fuente: Elaboración propia
Fuente: Elaboración propia


Nuevos hábitos de consumo para los nuevos medios

        El panorama descrito anteriormente puede resumirse en dos consideraciones que, aunque hayan sido inducidas del caso español, pueden aplicarse a otros países. Por un lado, el nuevo perfil de público (espectador/consumidor) demanda la portabilidad y accesibilidad que ofrecen las nuevas tecnologías, pero discrimina las pantallas o dispositivos según sea el tipo de contenido que quiere ver. En el caso de las películas, los internautas españoles prefieren verlas en las pantallas de mayor tamaño. Por otro, la mentalidad del pago por visión en internet no ha calado todavía en la mentalidad del espectador cinematográfico. La piratería sigue siendo el principal escollo que impide la sostenibilidad de cualquier modelo de negocio audiovisual en internet. Con todo, el cambio de modelo es ineludible y se consolidará en nuestro país al igual que lo está haciendo en otros, aunque a un ritmo más lento que el deseado.



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lunes, 10 de junio de 2013

Cine y pantallas en España: ¿Dónde vemos las películas?


Si algo muestra el impacto de la digitalización en los mercados audiovisuales y en el consumo de los contenidos de ficción y entretenimiento es el cambio de modelo en la distribución, al que ya hemos hecho alusión anteriormente. Tal y como anunciábamos en el último artículo, ofrezco aquí algunos resultados parciales de un estudio que hemos llevado a cabo un grupo de profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra sobre las variaciones que las nuevas tecnologías han impuesto en la “dieta” del consumo de medios en España. En este caso particular, nos centraremos en la relación entre cine y pantallas; o, dicho con otras palabras, dónde preferimos ver y dónde vemos de hecho las películas (en las salas, en la televisión, en DVD o Blu-ray, o a través de internet), incluyendo las diferencias según algunas variables sociodemográficas (sexo, edad y nivel de estudios). Estos datos se basan en una encuesta original encargada al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en junio de 2012, sobre una muestra representativa de la población española.

¿Dónde vemos las películas?

La tabla 1 recoge los resultados a una primera pregunta básica: en qué soportes o pantallas solemos ver las películas, según un grado de frecuencia. Como se aprecia, la televisión sigue siendo el medio más usado por los españoles (50,9% de la población de nuestro país ve películas en este medio “a menudo” o “muy a menudo”), seguido por los ordenadores o dispositivos digitales (tabletas, videoconsolas, móviles) (20,7%) y el vídeo (19,1%). El cine se sitúa en último término, si  bien su presencia sigue siendo significativa (15,6%).

Fuente: Elaboración propia
En cuanto a las variables sociodemográficas, la encuesta revela que, desde el punto de vista del sexo, los hombres van más al cine que las mujeres y también son más proclives al consumo de películas a través de la red. Las mujeres, en cambio, son espectadoras más asiduas de películas en televisión. Con respecto a la edad, existe una correlación entre algunos segmentos de la población y la frecuencia de consumo de películas en algunas pantallas. Según la población envejece, disminuye la asiduidad al cine y al visionado de películas a través de dispositivos digitales. En cambio, no existen diferencias apreciables en lo relativo a la televisión o al DVD/Blu-ray, medios tradicionales en todos los hogares. Este hecho no deja de tener interés, porque explica la llamativa polarización del uso de ordenadores o dispositivos digitales de la figura 1 (ocupan  a la vez el segundo puesto de pantallas más frecuentes y el primero de las infrecuentes). En otras palabras, son los jóvenes quienes están marcando un nuevo modelo de consumo audiovisual, en el que internet tiene un papel muy significativo.

Por último, en cuanto al nivel de estudios, esta investigación muestra que existe una correlación entre el grado educación recibida (desde los que no tienen estudios o ha adquirido estudios elementales, hasta aquellos que poseen titulación universitaria) y el uso de determinadas pantallas. La población con mayor nivel de estudios acude más al cine y consume más películas en DVD/Blu-ray y a través de internet. En cambio, los españoles con estudios más elementales o sin estudios son los que más películas ven en televisión. Si tenemos en cuenta que el nivel de estudios suele mantener un paralelismo con el nivel de renta, se entiende que la realidad sea así. El cine sigue siendo la ventana más cara desde el punto de vista de la discriminación de precios en la explotación comercial; al mismo tiempo, disponer de determinados aparatos (DVD/Blu-ray, ordenador o tableta) suele indicar un determinado nivel de renta. En cambio, la televisión es mayoritariamente gratuita y se ha convertido en el aparato con mayor penetración en los hogares (96%).

¿Dónde preferimos ver las películas?

La tabla 2 ilustra los resultados a una segunda pregunta básica: en qué soportes o pantallas preferimos ver películas. En este caso, no tenemos en cuenta la realidad (dónde de hecho, vemos las películas) sino el gusto o preferencia (dónde nos gusta más verlas). Los resultados muestran un interesante contraste respecto de la primera tabla.

Fuente: Elaboración propia

El español medio no duda de que el mejor lugar para disfrutar de la experiencia cinematográfica son las salas de cine (89,9%), seguido de modo muy parejo por la televisión (60,2%) y el vídeo (59,3%). Los ordenadores y otros dispositivos digitales, si bien se aproximan al 50%, figuran como última opción desde el punto de vista de gusto o preferencia, lo cual –a nuestro juicio– es un claro índice de que, más allá de la portabilidad y la accesibilidad, el tamaño de la pantalla importa. De igual modo, la constatación de los cines como lugares preferidos explica –en nuestra opinión– que el descenso del número de espectadores, aunque constante, no haya sido tan dramático como el caso del consumo de vídeo, por ejemplo (ver artículo anterior).

Desde el punto de vista de las variables sociodemográficas, los resultados son parejos a los comentados en el caso anterior, si bien las diferencias son menores. Entre todas las ventanas, la televisión es la que muestra las mayores contrastes según sexo, edad y nivel de estudios, al hilo de lo expuesto en el anterior caso. En este sentido, las preguntas “qué pantalla te gusta más para ver películas” y “dónde ves películas” se identifican.

A modo de conclusión

En suma, esta encuesta refleja –a nuestro modo de ver– cómo el mercado audiovisual español –al igual que ocurre en otros países– se encuentra en medio de un cambio de paradigma, donde conviven todavía el modelo analógico y el digital. La migración será paulatina, porque depende sobre todo de unos hábitos de consumo adquiridos. En este sentido, la edad es a nuestro juicio la variable sociodemográfica fundamental. Dentro de no mucho tiempo, la mayoría de la población estará formada por los nativos digitales, acostumbrados a la portabilidad, la accesibilidad y la autogestión en el consumo de contenidos. El mantenimiento de las salas como lugares idóneo para gozar de la experiencia cinematográfica, la anunciada desaparición de la copia física (DVD-Blu-ray) y la conversión de la televisión en un negocio de consumo personalizado (fragmentación de audiencias) llevará a la bipolarización de mercados y contenidos ya comentado en otras ocasiones: por un lado, las salas de cine, para películas o eventos espectaculares; y por otro el entretenimiento doméstico (home entertainment), fusión de la televisión e internet, para el consumo familiar o personalizado.


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