martes, 27 de mayo de 2014

El Cosmonauta: S.O.S desde el ciberespacio

            Hace justo una año se estrenó El Cosmonauta, uno de los proyectos cinematográficos españoles más mediáticos e innovadores de los últimos tiempos. Detrás de esta aventura cinematográfica, pionera y emprendedora donde las haya, se encuentran tres nombres propios que merecen un lugar destacado en la historia de la industria cinematográfica española: Nicolás Alcalá (director), Carola Rodríguez y Bruno Teixedor (productores), socios de Riot Cinema Collective. Los méritos, en mi opinión, son abundantes. Por un lado, se trata de la primera película española financiada en un 80% de forma colectiva (crowdfunding), a través de microaportaciones de casi 5.000 personas e instituciones. Por otro, fue concebido desde el principio como un producto transmedia, en el que la película viene acompañada de 34 websodios de entre 2 y 15 minutos de duración, un libro, un falso documental y un plan de producción público y disponible a través de su página web. Además, siguió el innovador modelo del estreno simultáneo multiventana (day & date), llegando al mismo tiempo a cines (bajo demanda), internet (gratis y en alta definición), televisión, DVD y Blu-Ray bajo licencia Creative Commons. En resumen, cuatro años de laborioso proceso volcados en un metraje final de 80 minutos, y en multitud de materiales derivados.


            En el artículo resumen de los diez hitos memorables del año pasado, incluí el caso de El Cosmonauta. En ese artículo, mencionaba cómo esta aventura cinematográfica “se ha convertido en un caso de estudio a nivel internacional, y gracias a su carácter experimental y de aprendizaje, bien puede convertirse en un ejemplo de iniciativa para jóvenes cineastas”. Como botón de muestra, podemos citar el libro de Chuck Tryon On-Demand Culture: Digital Delivery and the Future of Movies, que incluye una referencia amplia a esta iniciativa; el caso de estudio elaborado por el IE Business School; o la referencia en artículos académicos sobre crowfunding.

            También afirmaba en aquella ocasión que, “en cuanto a la efectividad de este modelo de negocio todavía es pronto para valorarlo en su justa medida”. Pues bien, tras estos meses transcurridos, existen ya algunos resultados, detalladamente recogidos en el artículo recién publicado por Carola Rodríguez –una de las valientes tripulantes de este viaje al ciberespacio– en el blog del proyecto. Adelanto que el balance es agridulce –muy positivo en términos de experiencia; un tanto frustrante, en términos económicos.



El Cosmonauta en cifras

            Para empezar, resumo a continuación algunas cifras de este proyecto:

  • 4 años de trabajo, 30.000 horas de trabajo entre los 3 responsables principales
  • 80 minutos de metraje; 34 episodios complementarios; 1 DVD/libro/USB versión coleccionista
  • Rodaje de 14 semanas en 3 países diferentes, con más de 100 localizaciones distintas y 142 planos con efectos especiales.
  • Estreno en 14 países, con un total de 165.000 espectadores (322.000 si se contabilizan los espectadores digitales) entre todas las ventanas; más de 8.500 espectadores en salas
  • 26.915 visionados en video-on-demand; 17.580 visionados a través de la página web oficial (solo un 2,5% decidieron pagar por ella, con un pago medio de 3,5 euros)
  • 47.000 descargas a través de redes P2P; 38.000 visionados en una de las versiones colgadas en YouTube
  • 4.000 espectadores en Canal+ Xtra
  • 505 libros y 81 USB vendidos (coleccionista)
  • 36 selecciones en festivales; 14 galardones (13 de ellos internacionales)
  • 140 horas de material bruto subido a internet para libre utilización
  • 1 página Facebook transmedia con 11 personajes que interactuaron durante 6 semanas
  • Más de 200 conferencias del alguien del equipo en universidades y escuelas de negocio de 4 continentes




Balance de una misión espacial: qué ha funcionado y qué no

            En su blog, Carola Rodríguez realiza un balance muy completo y sereno de esta aventura. Animo a leerlo directamente. En cualquier caso, ofrezco a continuación una síntesis, dejando que sea ella la que hable:

Puntos positivos:

1) Espíritu emprendedor: “El Cosmonauta no era para nosotros sólo una película. Inspirados por los cambios provocados por generaciones como la Nouvelle Vague o el Nuevo Hollywood, que desafiaron las normas y decidieron apostar por lo nuevo, por lo distinto, por lo difícil, nosotros decidimos que queríamos vivir nuestra propia aventura”.
2) Una aventura compartida: “También queríamos que nuestro proyecto fuera todo lo que a nosotros nos habría gustado de otras películas siendo estudiantes. Queríamos compartir todo lo que aprendiéramos en el camino porque, en el fondo, esto iba de hacer una película y vivir una aventura, pero también de aprender”.
3) Misión cumplida: “Hicimos El Cosmonauta tal y como habíamos prometido. ‘La película que no podía existir’, como la llamaron nuestros amigos de Watergun en el precioso vídeo introductorio que hicieron (…). En el camino perdimos [unos] fans y ganamos otros (…). Renunciamos a muchas cosas para ganar otras. Y, aunque en esas renuncias perdimos oportunidades, finalmente llegamos. Llegamos hasta el final, agotados, exhaustos, gastados, más viejos y menos inocentes, pero llegamos”.
4) Aprendizaje muy valioso: “En este proceso, donde hemos pasado de ser estudiantes a profesionales, donde hemos aprendido cómo se escribe, produce, financia y distribuye un largometraje, qué es un proyecto transmedia, cómo funciona el mercado y la industria, donde hemos conocido a gente maravillosa y gente muy poco maravillosa, donde hemos recibido ayuda como para estar en deuda los próximos mil años y donde al mismo tiempo hemos ayudado a gente que nos lo agradece una y otra vez, donde hemos conectado, creado momentos mágicos y llegado al corazón de muchos espectadores… también han ocurrido otro montón de cosas como crecer, independizarnos de nuestros padres o ir construyendo poco a poco una carrera profesional”.
5) Conciencia de pioneros: “También le dimos la vuelta al sistema convencional, fuimos uno de los primeros proyectos de crowdfunding en España, hicimos el primer day&date en absolutamente todas las plataformas, inventamos modelos y cambiamos cosas, algunas para bien, otras no tanto”.
6) Respuesta del público: “La película, al margen del proyecto, funciona (mejor fuera de España que dentro, por lo que hemos podido comprobar). Recibimos decenas de buenas críticas (también malas, por supuesto) y de espectadores emocionados con la cinta. Hemos obtenido ya 14 galardones (13 de ellos internacionales) a mejor película y mejor guión y también dos a la mejor fotografía”.
7) Apoyo de Canal+: “La apuesta que Canal+ está haciendo por el nuevo cine español, las webseries y los formatos pequeños es encomiable. Que decidieran apostar por una película como El Cosmonauta también. La única pequeña queja que podemos esgrimir aquí es lo arduo de la negociación por la que pasamos para que compraran la película y el bajo precio que actualmente las televisiones pueden pagar por este tipo de productos para que les salgan rentables. Por lo demás, el trato y apoyo durante el estreno fue exquisito y fue un placer tratar con todo el equipo de la cadena a quien, de nuevo, le agradecemos enormemente la confianza”.
8) Apuesta de Imagina: “En mitad de esta vorágine, Imagina International Sales, uno de los agentes de ventas y distribuidora más potentes de España, con un perfil bastante tradicional, decidió apostar por probar cosas nuevas y tomó en sus manos las ventas de la película (…). Desde aquí queremos agradecerles especialmente el esfuerzo que están haciendo y el cariño con el que están tratando a la peli y a nosotros”.
9) Caso de estudio: “La buena suerte quiso que este proyecto que hicimos juntos se convirtiera en caso de estudio en universidades y escuelas de negocio y cine de todo el mundo. Nos invitaron a dar más de doscientas conferencias en cuatro continentes e inspiramos a muchísima gente que empezó proyectos o le dieron un giro a los que tenían gracias a algunas de las ideas que planteamos”.



Puntos negativos:
1) ¿Un proyecto demasiado ambicioso?: “La historia que comenzó como un pequeño corto que íbamos a rodar en la parte de atrás de nuestra facultad acabó convirtiéndose en un proyecto gigantesco y ambicioso. A veces demasiado ambicioso. (…) Y, jóvenes e inconscientes como éramos cuando empezamos, nuestro techo era el cielo. No supimos poner límites a nuestra ambición de crear algo hermoso, profundo, grande, épico”.
2) Objetivo cumplido, pero ¿a qué precio?: “Lo que hemos obtenido y obtendremos de El Cosmonauta ha sido una experiencia maravillosa, un cierto renombre y el lujo de haber podido hacer la película que queríamos hacer pero en ningún caso beneficio económico. (…) Cuando empezamos no nos imaginamos que este viaje iba a ser tan difícil, pero fue nuestra elección empezarlo y terminarlo y lo que más sentimos es que económicamente haya sido tan poco satisfactorio, especialmente en lo que concierne a los inversores y a nuestro equipo”.
3) Un modelo demasiado innovador: “Según nos cuentan, la película gusta pero el modelo de distribución provoca algunas dudas y cierto rechazo”.
4) Falta de apoyo de exhibidores y de esponsorización: “Desafortunadamente, por mucho que lo intentamos, prácticamente ningún cine o exhibidor convencional se atrevió a estrenar la película en salas, así como tampoco conseguimos, a pesar de que hablamos con muchas, muchas marcas, que ningún patrocinador se involucrara en estos eventos”.
5) Falta de suficiente iniciativa popular: “Nuestra propuesta de cine experiencia, incluyendo coloquios, actuaciones en vivo de los actores y otros valores añadidos tuvo una genial recepción entre el público pero no hubo mucha gente dispuesta a organizar una proyección de este tipo y, desafortunadamente, no teníamos fondos para organizarlas nosotros”.
6) Un marketing complicado: “Las barreras de entrada (preparación de materiales, negociaciones, contratos…) resultan altas para el retorno real si la película no tiene, o bien una carrera mediática espectacular (gana un Goya, tiene actores conocidos, etc.), o bien un presupuesto de promoción grande para poder generar interés. Nosotros no tuvimos ninguna de las dos cosas”.
7) Falta de respuesta económica en internet: “Le hemos dado vueltas y vueltas a esto y pensado en un millón de posibilidades: ¿ha sido porque el modelo era demasiado nuevo? ¿ha sido por un tema técnico y el hecho de pagar por internet todavía es una barrera de entrada? ¿era un tema moral debido a que había la sensación de que la gente ya había ‘pagado’ por la película al haber sido financiada por crowdfunding? ¿ha sido porque la película no ha gustado a suficiente gente? ¿no la han visto suficientes personas? ¿no eran suficientes los incentivos para pagar por ella? ¿es un tema cultural? ¿ideológico? No hemos encontrado una única respuesta y probablemente lo más razonable sea pensar en una combinación de todas ellas en mayor o menor medida”.
8) ¿Falta de oportunidad coyuntural?: “Siempre nos quedará la descorazonadora duda de si esto mismo habría funcionado mejor en un par de años gracias a los cambios que poco a poco se van produciendo en los comportamientos del espectador y de la industria o si simplemente nos equivocamos o no supimos encontrar nuestro público. Quizá más adelante alguien lo intente de nuevo y podamos verlo y avanzar todos juntos hacia nuevos modelos. Mientras, aunque con dolor por ver los resultados tan alejados de nuestras esperanzas, sí nos queda el sanador orgullo de saber que lo intentamos, que algo así debía hacerse al menos una vez para probar lo que ocurría y que, de alguna forma, hemos abierto muchos caminos para que otros vengan detrás y puedan aprender”.
9) Poca recepción en festivales nacionales: “En España solamente cuatro festivales han apostado por proyectar la película. No sabemos si esta decisión es debida a una cuestión puramente artística o tiene que ver con el modelo de distribución que utilizamos (estrenamos en internet antes de enviarla a ningún festival, contrariamente a la tradicional “ruta de festivales” que una película realiza). No lo juzgamos, pero no podemos evitar cierta tristeza al pensar que tal vez una estrategia más convencional hubiera resultado en un hueco para nosotros en muchos de los festivales que tanto amamos en España”.
10) Malentendido con el ICAA: “Nos concedieron una ayuda de 99.500 € para nuestro proyecto transmedia. Un gesto valiente, ya que era la primera ayuda a un proyecto de estas características, que se distribuiría gratis por internet. (…) Fue una ayuda con numerosos problemas ya que se sacó con un poco de prisa (…), pensada para un modelo industrial muy convencional y nuestro proyecto era justo lo contrario (…). Cual fue nuestra sorpresa cuando dos años después, en el proceso de justificar los gastos, nos llegó una carta del ICAA diciéndonos que esto no era correcto y que no podían admitir esos sueldos como inversión del productor, así como otros gastos por el hecho de haberlos realizado en Letonia, lugar donde rodamos la película y los episodios. (…) Fuimos a hablar con ellos de nuevo en persona y en varias reuniones, de nuevo con gran tacto y cariño, genuinamente preocupados por el proyecto y entendiendo la circunstancia (…). Unos meses después, todas estas palabras se las llevó el viento y nos llegó un recurso desde el ICAA reclamando la devolución de 73.000 € de los 99.500 € concedidos (…). Creemos, a pesar de todo, que la razón está de nuestro lado y que tenemos suficientes pruebas para justificar lo que decimos y que esa reclamación no se haga efectiva, pero para ello hemos tenido que preparar la defensa del proyecto con abogados expertos, ya que el último recurso que nos queda es interponer un recurso contencioso-administrativo. Esta circunstancia ha terminado por llevarse lo poquísimo que quedaba en nuestras arcas y ese fondo que habíamos guardado para mantener la productora a flote se ha ido al garete”.



May day, may day”: salvemos al Cosmonauta

            El artículo de Carola Rodríguez termina de modo agridulce: “Nos queda una sensación de feliz frustración. Miramos atrás y vemos cómo sacamos lo mejor de nosotros pero con esa sensación de frustración al pensar que no fue suficiente, que de momento no se han logrado pagar los sueldos diferidos al equipo ni devolver su dinero a los inversionistas. Y todo eso nos deja llenos de dudas y preguntas: ¿Realmente lo hicimos todo lo bien que podíamos? ¿O no era el momento para tener retorno con un proyecto así? ¿Fuimos demasiado ambiciosos? ¿O inocentes quizá? ¿Soñamos demasiado alto?”.

            Y continúa: “Desde que comenzamos, creímos fervientemente en el modelo basado en Creative Commons, day&date, en internet gratis y con crowdfunding. Eso nunca lo cambiamos y cuando gritamos a los cuatro vientos que veíamos modelo de negocio en este sistema, lo creíamos de verdad. Entonces, ¿nos equivocamos? La desolación de estas preguntas a veces nos ahoga. Nos llena la cabeza de agobio y una sensación terrible de deuda. Deuda moral, no ya económica. Por eso, además de daros las gracias (unas gracias llenas, completas, felices, rebosantes), queremos también pediros perdón. Perdón a todos aquellos de vosotros con los cuales todavía no hemos podido cumplir nuestras promesas y nuestros compromisos. Estamos trabajando en ello. Con todas nuestras fuerzas. Y hasta el fin del mundo si es necesario”.



            En mi opinión, la aventura de El Cosmonauta no merece este final. Es posible que haya sido un proyecto ingenuamente ambicioso, que hayan llegado en un momento inoportuno, que pagar por internet sea todavía una barrera de entrada, que la película no ha gustado mucho, o que los incentivos para pagar por ella no hayan sido suficientes. Personalmente, me parece una película muy digna, magníficamente realizada (con los escasos medios disponibles), con una cuidada puesta en escena y actores solventes. Sin embargo, la historia es poco convencional. Se trata de un cine reflexivo, poético, un tanto frío y caleidoscópico, no apto para el gran público. Prueba de ello es la puntuación de 4,4 en Imdb. Pienso que, entre todos, este es su principal “defecto”. El crowdfunding sirve para financiar el proyecto, pero una vez llegado al mercado, el público tiene la última palabra. Debería funcionar solo, y no ha ocurrido así. Con todo, algo más ha fallado cuando solo el 2,5% de los que han visto la película a través de la web oficial han decidido pagar por ella. Seguimos en la cultura del “todo gratis” en internet y somos poco dados a dar más de lo que recibimos.


            Pese a todo, el esfuerzo realizado por este equipo en todos sus frentes ha sido ímprobo, y solo por eso merecen un final más feliz que el de la propia historia contenida en la película. Han roturado un camino que bien pudiera servir a otros. Quizá esté de nuestra parte ayudar en alguna medida. “Ahora sólo nos queda cruzar los dedos para que todo esto se resuelva de la mejor forma posible –concluye Carola Rodríguez –, para que los fracasos se compensen con los éxitos y para que algún día podamos decir que lo hicimos, que terminamos, que todo salió bien. O más que bien, mejor”.


Artículos relacionados;




Sigue Hollywood-Europa en Twitter y en Facebook

viernes, 16 de mayo de 2014

Ocho razones para el fenómeno cinematográfico del año

            Sin lugar a dudas, Ocho apellidos vascos ha marcado un hito en la historia de nuestro cine y se ha convertido en un fenómeno popular sin precedentes. Esta comedia, escrita por Borja Cobeaga y Diego San José, y dirigida por Emilio Martínez Lázaro, ha pulverizado todos los récords de una producción española: el más reciente, mantenerse durante 9 semanas consecutivas como la película más taquillera en nuestro país, igualando a Avatar (2009). Según datos de Rentrak Spain, el pasado fin de semana sumó 1,2 millones de euros y acumula más de 52 desde su estreno. En cuanto a número de espectadores, con 8,8 millones, es la tercera más vista en España, solo por debajo de Titanic (10,8 millones) y Avatar (9,2). A esto se suma la de ser la película española más exitosa de todos los tiempos, sobrepasando a Lo imposible (tablas 1 y 2).



            El hecho de que algunas comedias locales se encaramen en los más alto de la taquilla de un determinado no es un fenómeno nuevo en Europa. Ahí tenemos el caso de Bienvenidos al Norte en Francia o el de Sole a catinelle en Italia. Al fin y al cabo, a todos nos gusta reírnos de nosotros mismos y el público demanda comedias autóctonas.

Fuente: Elaboración propia

Fuente: Elaboración propia

            Hay un cierto consenso en afirmar que Ocho apellidos vascos no es una gran película –en el sentido más cinematográfico del término–. Sin embargo, parte de un guion bien trabado y divertido, que maneja con tiento y simpatía un humor estereotipado. La sorpresa viene cuando una comedia de estas características alcanza una dimensión social y mediática inesperada, y se convierte en todo un fenómeno popular. ¿A qué se debe semejante éxito? Aludiendo a la cifra mágica del título, expongo a continuación ocho razones que explican el éxito de esta película (extraigo varias declaraciones de un interesante artículo del Diario Vasco).

1) Comedia en tiempos de crisis: reírse de uno mismo

            El cine siempre ha actuado como eficaz remedio terapéutico ante la cruda realidad, y más si es a base de carcajadas liberadoras. La actual coyuntura económica puede haber sido un caldo de cultivo idóneo para que esta simpática historia de tópicos bien llevados encontrara eco. Así lo comenta Concha Caballero, profesora de Lengua y Literatura en Sevilla, y articulista de El País: “Tenemos ganas de reírnos, tenemos ganas de reconciliarnos, tenemos necesidad de vernos en un espejo que no esté enturbiado, tenemos deseos de salir del Apocalipsis continuo. El País Vasco y Andalucía eran dos escenarios ideales, aparentemente contradictorios pero que tienen algo en común… hemos aprendido a reírnos de nuestros problemas. En Andalucía, especialmente, tendemos a desdramatizar los conflictos. ‘Sufre, pero no dramatices’, nos decimos algunos en broma”. Y añade en particular sobre la película: “Pensaba ir a verla porque todo el mundo me la recomendaba.. aun diciéndome que no se trataba de ninguna obra maestra. Pero en realidad fui a verla porque tenía que escribir mi artículo semanal para El País (…). Fui el jueves de Semana Santa, que en Sevilla es superfiesta en la calle. El cine estaba desierto. No había un alma en ninguna sala, pero la que proyectaba Ocho apellidos estaba a reventar. Y las carcajadas se escuchaban hasta en la calle”.


            Por su parte, José Luis Rebordinos, director del Festival de Cine de San Sebastián, apunta: “No es fácil explicar un éxito de estas dimensiones. La sociedad española en general, y la vasca en particular, tiene ganas de relajarse, de poder reírse un poco de sus problemas, de las cosas que le afectan directamente... de sí misma”. También Karra Elejalde, que realiza una soberbia interpretación, apunta: “Cuando tienes una patología, es sano y pedagógico, muy positivo y cauterizador, reírse de ese mal, de nosotros mismos; (…) en el contexto del humor, uno puede bromear con todo (…) y quien quiere buscarle más vueltas a los chistes, se está confundiendo”.

            El caso es que los españoles hemos dado muestras de reírnos de nosotros mismos a menudo –basta con recordar la saga Torrente–. Quizá por ello mismo llame la atención el éxito de una comedia de tono menos “casposo”.

2) Tipo de humor: cómo acertar con los estereotipos

            Más allá del género, Ocho apellidos vascos sale airosa del difícil arte de manejar estereotipos con gracia y salero, y ofrecer un retrato amable y simpático –salvo algún que otro apunte de sal gruesa y una excesiva concentración de expresiones un tanto irreverentes (que forman parte de tópico). Lo explica bien Joxean Fernández, Director de la Filmoteca Vasca y responsable del comité rector del Festival de Cine de San Sebastián: “Hay numerosos ejemplos de películas en las que los estereotipos estirados hasta el absurdo han dado lugar a comedias con muy buenos resultados. La utilización inteligente de estereotipos como fuente de humor me parece muy sana; cuando son utilizados para favorecer los prejuicios me parecen detestables. Sobra decir que Diego San José y Borja Cobeaga, los guionistas, son muy inteligentes”. Y añade: “La distancia entre lo que nos hemos reído en el cine de ‘lo vasco’ y lo que nos habríamos podido reír es realmente enorme, así que había mucho terreno por recorrer. En la televisión ya se habían podido transitar algunos de estos caminos porque sus mecanismos de funcionamiento son muy diferentes”.


            Es difícil encontrar más tópicos juntos, y sin embargo la historia provoca hilaridad de norte a sur, y de este a oeste. Se ha comentado que el humor lleva la marca de Vaya Semanita, y así es gracias a los guionistas, curtidos en ese famoso programa de la ETB2. Para Rebordinos, se trata de “una película muy blanca, con un humor muy bonachón, que se ríe de sus personajes, pero que les quiere un montón”. El humor es, desde luego, bienintencionado, y se nota –aunque hubiera mejorado a mi entender con una mayor contención verbal, en algunos casos. En cualquier caso, el secreto está en el guion, un libreto francamente divertido.

3) Guion, guion y guión

            Por alusiones, debemos hablar de los dos talentos vascos que firman el guion, Cobeaga y San José, que han escrito juntos otras dos películas que ha dirigido el primero, Pagafantas (2009) y No controles (2010). Se aprecia la complicidad que existe entre ambos, y la continuidad del tipo de humor entre Ocho apellidos y estas otras películas.

            “A Diego San José, con quien escribo siempre, y a mí nos encargaron hacer una comedia regional, una comedia sobre tópicos”, recuerda Cobeaga. “Como veníamos de hacer Vaya Semanita, pensábamos centrarlo todo en lo vasco. Lo que pasa es que queríamos una comedia romántica de contrastes, de un chico y una chica completamente opuestos que se conocen. Entonces nos parecía que lo más opuesto a alguien muy vasco era el típico andaluz o el estereotipo del andaluz. A partir de ahí, empezamos a rellenar la historia y es cierto que mucho de lo que habíamos hecho en Vaya Semanita está muy presente en la película”.

Diego San José                              Borja Cobeaga

            Parece ser que la comedia se trabaja mejor a cuatro manos, y así lo ha demostrado este tándem. De hecho, el proceso de escritura fue largo, y la historia, partiendo de la fórmula “contraste de estereotipos vasco-andaluces” dio varias vueltas, hasta dar con su forma definitiva. [Para quien quiera profundizar en el proceso de escritura de este guion, recomiendo el artículo de Bloguionistas].

            Hay consenso en afirmar que el guion es divertido. Así lo afirma el director, Emilio Martínez Lázaro: “A grandes rasgos, el éxito de la película tiene dos causas. Una es la risa. El guion es genial, la primera vez que lo leí no paré de reírme en voz alta. Pero es que luego, en la sala de montaje, el montador se reía igual. Hay un segundo motivo, y es que la película está bien cerrada, los personajes están bien armados, no es una sucesión de gags graciosos, sino una historia bien contada que transmite buen rollo. Se sale del cine con una sonrisilla en la cara”. Y Karra Elejalde confirma: “[Durante el rodaje], aun en la toma séptima u octava el equipo seguía riéndose con los chistes, algo que habla de la calidad del libreto”.

            Con todo, y reconociendo los méritos del guion, hay que admitir que bascula más sobre la sucesión de gags que sobre un retrato humano y verosímil de los personajes. De igual modo, se ha apostado por un cierto minimalismo de personajes –los cuatro principales–, cuando hubiera dado más juego ampliar el entorno familiar (por ejemplo, los padres de él, la madre de ella, por no mencionar a algún hermano o hermana).

            Inicialmente, Borja Cobeaga iba a dirigir también, pero el hecho de tener entre manos otro proyecto que le interesaba más hizo que se buscara a otro director. Y hay entra en escena el siguiente factor humano.

4) Un director especializado

           Emilio Martínez Lázaro es un director especializado en comedias, responsable de títulos como la comedia musical El otro lado de la cama (2002) y su secuela (2005). El director madrileño aceptó el reto de realizar esta película: “Me atreví porque me llamaron y me dejaron un guion con el que me lo pasé tan bien que me dije: si yo me río así, mi deber es hacer que se rían igual los demás. Aparte, ya era un fan de Vaya Semanita. Lo veía en Youtube y me encantaba”. Al mismo tiempo, reconoce la dificultad de hacer una buena comedia: “Creo que es el género más difícil que hay, y no lo digo yo, lo dice todo el mundo. Te mueves en parámetros delicados y muy destructivos: si ruedas un gag, o funciona o no funciona. Y si no funciona es un fracaso, sin paliativos. En cambio, si haces un drama todo es cuestión de grados: una escena te puede quedar trágica o solamente dramática”. Por fortuna para él, el guion estaba bien cerrado y funcionaba, amén del plantel de actores con los que pudo contar. Karra Elejalde reconoce el buen hacer de Martínez Lázaro, y el clima que supo crear durante el rodaje: “Esa ha sido una de las claves, sin duda. Yo no había vivido algo así desde Airbag, con un despliegue grandioso y necesario. Y si a eso le sumas el guion, el director y lo que hayamos podido aportar los actores, puede que ahí se puedan encontrar las claves del éxito de la película”.


            Por su parte, el director devuelve la pelota a los actores: “Dirigir una película supone tocar muchos palos, técnicos, de ritmo... pero probablemente el de trabajar con los actores es primordial. Y creo que es donde más he crecido y he aprendido durante todos estos años. Al principio me esforzaba en intentar sacarles cosas que no sabían hacer, pero esas ideas premeditadas las abandoné. He pasado de ser alguien que dirigía a los actores a dejar que sean ellos quienes me dirigen a mí”.

5) Buenas interpretaciones

            Sin duda, el acierto en el reparto y las interpretaciones llevadas a cabo por el cuarteto protagonista ha sido otra de las claves. “Al principio eran toda una incógnita –reconoce Martínez Lázaro–, porque no había trabajado antes con ninguno de ellos. Pero sí: Karra es un actor muy, muy serio y con muchísimo talento. Carmen tiene una comicidad irresistible, no la voy a descubrir yo. Y Clara ha sido una revelación: su personaje era el más ingrato, pero en el rodaje creció muchísimo. Le auguro un futuro impresionante. Y Dani, bueno, era el novato, pero sabía que funcionaría después de verle dominar una sala de teatro como lo hace. Y eso que tiene un papel dificilísimo, con esos cambios de acento y de actitud…”.


            Ciertamente todos “clavan” sus papeles, aunque, en mi opinión, Karra Elejalde se lleva la palma como atunero vasco, y padre tan bruto como entrañable.

6) Apoyo de Telecinco

            En el caso de este proyecto, Telecinco no sólo se encargó de coproducir y promocionar la película, sino que fue quien prendió la hoguera. Así lo recuerda Borja Cobeaga: “La llamada la hizo Telecinco Cinema. Nos propusieron escribir una comedia sobre regionalismos e imagino que pensarían que nosotros tiraríamos por lo vasco, por haber estado trabajando en Vaya Semanita, el programa de ETB. Esa fue la directriz, poco más, y nosotros propusimos la historia, los personajes”.

            En estos últimos tiempos hemos comprobado en numerosas ocasiones cómo el hecho de tener una cadena detrás es un factor muy importante cuando llega el momento de lanzar la película al mercado. En la productora de Mediaset están de enhorabuena. Así lo manifiesta su responsable, Ghislain Barrois: “En el éxito o no de una película, hay una componente de suerte tremenda, pero también se trata de algo preparado. La experiencia nos ha demostrado que necesitamos dos cosas para que funcionen: la fuerza promocional sin una película redonda detrás no sirve para nada. Al juntar ambos elementos, el cielo es el techo”.

7) Cuando el boca-oído funciona, y funciona de verdad

            En efecto, más allá de estrategias de marketing o campaña de estreno, algo ha sucedido con esta película para que se convierta en el fenómeno popular que es. Ahí radica esa inexplicable magia del cine, que rompe moldes, desprecia fórmulas y no entiende de predicciones. La gerente de la cadena exhibidora Sade, Coro Odriozola, explica: “Mediaset promocionó muy bien el filme, pero eso se quedaría en nada si no hubiera un boca-oreja que permitió crecer a la película partir de la tercera semana de exhibición. Ha sido el público el que ha generado la corriente de convertir la película en un acontecimiento. En una temporada de cine marcada por grandes dramas el público necesitaba reírse y ésta ha sido la mejor medicina. Ha conectado con la gran mayoría del público, sobre todo con el que no va al cine, y la necesidad social del público español en estos tiempos de crisis es desconectar y reírse sin ningún tipo de esfuerzo intelectual. Por último se ha convertido en un tema social, todo el mundo habla de la película y el que no ha ido a verla siente la necesidad de hacerlo porque es de los pocos que no lo ha hecho”.


            Y cuando una película explota, el “techo es el cielo”, en palabras de Barrois. El directivo de Telecinco Cinema confiesa: “Si nos lo hubieran dicho, no lo habríamos creído. Lo imposible fue una película diseñada para el éxito masivo. Ésta no, por lo que el gozo es mayor aún. Es toda una alegría, para nosotros y para el sector en general. La demostración de que se puede tener éxito sin una maquinaria superpesada detrás”. También Martínez Lázaro se muestra sorprendido del éxito y comenta divertido: “Confieso que esto me ha superado. Y eso que yo era de los más optimistas. El día del estreno hicimos una porra y pronostiqué que recaudaríamos siete millones de euros. Otros decían que no haríamos más de dos. Ahora, con 40 ganados, me declaro una persona sin criterio”.

8) Eficacia de la vigilancia antipiratería

            Una última razón que explica el éxito de esta película radica en el eficaz sistema de vigilancia antipiratería seguido por la distribuirá, Universal Pictures España. Hasta esta misma semana, ha sido imposible encontrar una versión digna de la película para descarga (o al menos, no se había difundido de manera masiva). “Universal ha tomado medidas: vigilancia en la red, mucho celo en los días del estreno además de la contratación de compañías de seguridad en los cines. Pero no son muy distintas estas medidas de las que han adoptado otras compañías. Que no roben la película ya forma parte del presupuesto”, afirman desde la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual de la Obra Audiovisual (FAP).


            Hasta ahora abundaban falsos anuncios o señuelos en los que solicitaban un número de móvil o registrarse a cambio de una película que nunca recibían. Aunque todavía no está fijada una fecha para el lanzamiento en Blu-ray/DVD, la versión disponible para la descarga y visionado online no es de una grabación en una sala, sino que ha salido de una copia en DVD, según informa desde FAP. Sea una coincidencia o no, el caso es que la recaudación de esta película ha caído un 50% este último fin de semana. Con todo, puede considerarse también un éxito y un récord haber puesto los medios para retrasar al máximo la piratería, y haber recaudado la parte más sustancial de taquilla en este tiempo.

            El tiempo dirá si Ocho apellidos vascos merece un lugar en el libro de oro del cine español o en el libro Guinness de los récords. En cualquier caso, y como diría un andaluz castizo, “Que le quiten lo bailao”. Es difícil resistirse ante su descomunal éxito. Por ello mismo, cabe afirmar que ha nacido una franquicia –la segunda parte está ya gestándose, e incluso el remake en Estados Unidos–. Habrá que ver qué si el humor de Vaya Semanita es exportable no solo más allá de la península, sino entre las diferentes autonomías.


Artículos relacionados:



Sigue Hollywood-Europa en Twitter y en Facebook